Allí donde otros ponen obras yo no pretendo otra cosa que mostrar mi espíritu.
La vida consiste en arder en preguntas. No concibo la obra separada de la vida.
Antonin Artaud
Con un toque de aldaba comienza la representación : el acontecer de la construcción que durante un tiempo hemos gestado. Tocamos nuestras puertas para que penetren en ellas la concentración, la liberación, para que transite la emoción-inspiración y así poder entregarnos en sacrificio a ese que mira al otro lado.
Otras aldabas deben agitarse. La representación comienza y nuestro interés mayor es penetrar en las puertas cerradas del espectador, cumplir el objetivo mayor de nuestra representación a través de ellas : liberar, investigar, comunicar, avisar, transformar.
El actor no solo transita la experiencia sino que puede comunicarla, construirla, sostener una verdad.
El actor es un mensajero que toca puertas. Penetra y alerta, purifica, sana y continua agitando aldabas oxidadas sujetas en puertas desconocidas y ocultas en el hombre adulto y en el niño. Llega a si a convertirse en mensajero de la virtud. A convertir el teatro en espacio de liberación y de encuentro consigo mismo y con los demás.
Irene Borges, directora artística del Espacio Teatral Aldaba
Sede del Espacio Teatral Aldaba, en el Museo de Arte Colonial de La Habana Vieja, La Habana, Cuba.